Los nombres que pronunciamos son tiempo.
Los sustantivos nos dicen, nos nombran
Somos nombres del tiempo-
Cuando dices
Livingston Vaughtestás npmbrando a la piedra, la viva.
Y entramos en charla amigable:
con todo, por tanto tiempo, seguiré siendo piedra aunque ya no viva:
Yo, Lívingston resucitaré y estaré al lado del ser divino.
No lo dudes, querido amigo:
conversar es divino
pero es también la principal ocupación de los humanos.
Conversemos, pues. Te espero en mi sala, donde cuelgo
tu cuadro de la indígena con su hijo a cuestas, envés, ...
a espaldas nuestras.