jueves, 17 de septiembre de 2015

CONVERSAR ES DIVINO PERO TAMBIÉN HUMANO


Conversar es divino, pero es propio de los humanos.
La palabra del hombre es hija de la muerte.
Hablamos porque somos mortales;
las palabras son signos pero también años.
Dios habló. En un idioma que comprendieron los profetas.
Por eso entabló diálogo con Moisés
y dictó las leyes de las doce tablas.
Fue conversación suprema
del Ser sin nombre con su representante en la Tierra.
Dicen lo que dicen. Ordenan el caos y rigen.
Lo que dicen dura, 
Los nombres que pronunciamos son tiempo.
Los sustantivos nos dicen, nos nombran
Somos nombres del tiempo-
Cuando dices Livingston Vaught
estás npmbrando a la piedra, la viva.
Y entramos en charla amigable:
con todo, por tanto tiempo, seguiré siendo piedra aunque ya no viva:
Yo, Lívingston resucitaré y estaré al lado del ser divino.
No lo dudes, querido amigo:
conversar es divino
pero es también la principal ocupación de los humanos.
Conversemos, pues. Te espero en mi sala, donde cuelgo
tu cuadro de la indígena con su hijo a cuestas, envés, ...
a espaldas nuestras.

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